Caries
La caries es una
enfermedad multifactorial que se caracteriza por la destrucción de los tejidos
del diente como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos
que genera la placa bacteriana a partir de los restos de alimentos, que se
exponen a las bacterias que fabrican ese ácido, de la dieta.
La destrucción
química dental se asocia a la ingesta de azúcares y ácidos contenidos en
bebidas y alimentos.
La caries dental se asocia también a errores en las
técnicas de higiene así como pastas dentales inadecuadas, falta de cepillado
dental, ausencia de hilo dental, así como también con una etiología genética.
Si
el diente no es tratado puede llevar posteriormente a la inflamación del área
que rodea el ápice (extremo de la raíz) produciéndose una periodontitis apical,
y pudiendo llegar a ocasionar un absceso, una celulitis o incluso una angina de
Ludwig.
Enfermedad
periodontal
La enfermedad periodontal es una enfermedad que afecta a
las encías y a la estructura de soporte de los dientes.
La bacteria presente en
la placa causa la enfermedad periodontal. Si no se retira, cuidadosamente,
todos los días con el cepillo y el hilo dental, la placa se endurece y se
convierte en una substancia dura y porosa llamada cálculo (también conocida
como sarro).
Las toxinas, que se producen por la bacteria en la placa,
irritan las encías. Al permanecer en su lugar, las toxinas provocan que las
encías se desprendan de los dientes y se forman bolsas periodontales, las
cuales se llenan de más toxinas y bacteria.
Conforme la enfermedad avanza, las bolsas se extienden y
la placa penetra más y más hasta que el hueso que sostiene al diente se
destruye. Eventualmente, el diente se caerá o necesitará ser extraído.
La gingivitis es una
enfermedad bucal bacteriana que provoca inflamación y sangrado de las encías,
causada por los restos alimenticios que quedan atrapados entre los dientes.
Es
muy frecuente que su origen sea causado por el crecimiento de las muelas del
juicio, que produce una concavidad, que es donde se deposita el agente patógeno
o bacteria.
Esta enfermedad se puede desarrollar después de tres días de no
realizar la higiene oral (cepillado de dientes y lengua).
Cuando esta
enfermedad evoluciona a un estado crónico, provoca bolsas periodontales,
movilidad dentaria, sangrado excesivo y espontáneo, y pérdida del hueso
alveolar que sostiene a los dientes, con la gran posibilidad de perder piezas
dentales.
Aftas
El afta postemilla, estomatitis aftosa o úlcera bucal es
una lesión o úlcera mucosa, como una pequeña herida o llaga, que se localiza
generalmente en la mucosa oral de bordes planos y regulares y rodeada de una
zona de eritema.
Se les suele confundir con el herpes simple, causado por el
virus herpes hominis, pero no tienen relación. Generalmente aparecen en la zona
interior de los labios, las mejillas, las encías, o la lengua. No es una
inflamación contagiosa, ni se transmite de una persona a otra.
La estomatitis aftosa puede presentarse con una o más
lesiones recubiertas de una capa amarillenta sobre una base roja, las cuales
tienden a recurrir.
No suele acompañarse con fiebre aunque a menudo son
dolorosas. Por lo general comienzan con una sensación de ardor en el sitio de
la futura úlcera.
Al cabo de varios días progresan a una tumefacción que se
vuelve ulcerosa.
El área de color gris, blanca o amarillenta se debe a la
formación de fibrina, una proteína asociada con la coagulación de la sangre.
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