jueves, 13 de octubre de 2011

¿QUE HACER PARA EL DOLOR Y LA INFECCION DENTAL?


Un dolor de diente o dolor de muela suele ser el resultado de caries dentales o algunas veces de una infección.
El dolor de muelas es un dolor alrededor de la mandíbula o cara.
La causa del dolor de muelas puede ser irritación de un nervio en la raíz, infección, caries o pérdida de un diente.
En el centro de cada diente está la pulpa dentaria.
La pulpa dentaria es un tejido suave y esponjoso que tiene muchos nervios sensibles y vasos sanguíneos.
Esta pulpa está rodeada de muchas capas de tejido duro, y la capa externa está hecha de esmalte.
La causa del dolor de muelas es la inflamación de la pulpa del diente.
Esto se denomina pulpitis y a menudo se debe a una caries.
Se trata de la formación de agujeros (cavidades) en el diente que dejan expuesto el nervio de su interior.
La comida y las bebidas (sobre todo si están frías o calientes) que tocan el nervio causan dolor.

Si no se hace un tratamiento, la pulpa del diente muere y se infecta.
Esto lleva a la formación de un absceso, que provoca un dolor punzante fuerte y continuo.
Con frecuencia, el dolor de muelas empieza repentinamente y puede ir de un malestar leve a uno muy agudo.
Puede notarse un dolor punzante constante o intermitente en la cabeza, mandíbula y oído.
Normalmente, el dolor es más fuerte al comer o beber, sobre todo si está muy frío o caliente.
En la parte del dolor de muelas, la mandíbula puede estar adolorida o estarlo al tocarla.
También puede ser peor al estar acostado porque se ejerce más presión sobre el diente.
Los síntomas típicos del dolor de muelas son: dolor al masticar, sensibilidad a la comida fría o caliente, sangrar alrededor del diente o la encía, hinchazón alrededor del diente e hinchazón de la mandíbula.
El dolor de muelas sobreviene cuando se inflama (pulpitis) la pulpa del centro del diente.
Esto suele suceder si hay una caries, que es una pequeña fractura (grieta) o un agujero en el diente.
También puede haber dolor de muelas después de algunos tipos de tratamientos dentales.
Una Infección dental o absceso dental es una complicación de la caries dental y también puede resultar de un trauma al diente, como cuando un diente se rompe o recibe un golpe.
Las aberturas en el esmalte dental permiten que las bacterias infecten el centro del diente (la pulpa).
La infección puede propagarse desde la raíz del diente hasta los huesos que lo sostienen.
La infección ocasiona una acumulación de pus (tejido muerto, bacterias vivas y muertas, glóbulos blancos) e inflamación de los tejidos internos del diente.
Los objetivos del tratamiento son eliminar la infección, preservar el diente y prevenir complicaciones.
Se pueden recetar antibióticos para combatir la infección.
Los enjuagues bucales con agua tibia y sal pueden ser calmantes y los analgésicos de venta libre pueden aliviar el dolor de muelas y la fiebre.
No se debe colocar aspirina directamente sobre el diente o encías, ya que esto aumenta la irritación de los tejidos y puede provocar úlceras bucales.
El tratamiento de conductos se puede recomendar en un intento por salvar el diente.
En caso de presentarse una infección severa, se puede extraer el diente o se puede necesitar una cirugía para drenar el absceso.



LOS DENTIFRÍCOS Y CEPILLOS DENTALES


Los dentífricos son conocidos como pastas de dientes y desde antaño se han usado para contribuir a la limpieza de los dientes.
Son aquellos productos (cremas, pastas, soluciones, polvos) que se utilizan para la limpieza de la dentadura, y generalmente acompañan al método de cepillado.
Es importante destacar, sin embargo, que sin un buen método de cepillado, la acción de los dentífricos es ineficaz.
Si se tiene la boca sana y se visita al dentista con regularidad, se puede seguir usando la misma pasta, haciendo caso omiso a lo que digan los anuncios publicitarios.

La pasta dentífrica y la técnica de cepillado dental son un producto y un método que funciona de manera conjunta para remover la placa dental.
Para un resultado óptimo en materia de higiene bucal y prevención de enfermedades dentales debe conocerse una adecuada técnica de cepillado.
Sin embargo, es sumamente importante conocer los distintos tipos de dentífricos existentes y su utilidad para cada caso particular.
Los dentífricos están compuestos por diferentes sustancias y cada una de ellas tiene una función diferente.
Un cepillo dental manual consta de dos partes: mango y cabezal.
El mango puede tener diferentes diseños, no hay estudios evidentes de qué tipo de mango es mejor.
Hay mangos rectos o mangos con una curvatura o acodados lo que hace que el cabezal quede a otro nivel.
Hay mangos con un codo flexible que según sus diseñadores sirve para llegar mejor en zonas de la boca de acceso más difícil.
La parte más importante del cepillo es la cabeza, es la parte activa.
Los primeros cepillos se confeccionaron con cerdas naturales, de aquí su nombre, hasta que se empezaron a fabricar fibras sintéticas y hoy se usan filamentos de nylon y fibras de poliéster.
Se ha creado una interminable variedad de cepillos con mangos, alturas de cerdas o extensiones modificadas.
Cuando se ha diseñado un instrumento apropiado, se aplica un movimiento de cepillado para satisfacer las necesidades del paciente.
Para la etapa de la infancia, existen diversas recomendaciones para comprar un cepillo dental adecuado para cada niño.
Es importante que los padres consulten durante el primer año al Odontopediatra, para recibir asesoría sobre la limpieza de la boca del niño, aún antes de tener dientes.
Los restos de la leche materna o del biberón, pueden causar en las encías del bebé enfermedades que pueden prevenirse, realizando diariamente una completa limpieza de los rodetes o rebordes de las encías con el dedo cubierto por una gasa humedecida.
El momento de cambiar de cepillo dental, varía según la fuerza o la frecuencia del cepillado.
En promedio se sugiere cambiar cada 3 meses el cepillo dental, o cada vez que las cerdas se vean desgastadas, lo que puede ser un problema para los padres de los niños que muerden los cepillos o juegan con ellos.
Es importante mantener el cepillo, con un protector de la cabeza, o en un lugar fresco y seguro, para evitar la contaminación de éste.





¿QUÉ HACER CUANDO UN DIENTE SE SALE DE SU ALVEOLO POR UN GOLPE?


Cuando se sale la pieza dental del alveolo se llama avulsión.
Suele haber mucha sangre en la cara y en la boca de la persona.
Primero no debe perder la calma.
Trate de observar si hubo pérdidas de piezas dentales.
Si es afirmativo lo único que debe hacer es calmar a la persona afectada.
Ofrecer que muerda suavemente una gasa estéril, para evitar una hemorragia profusa.
El paso siguiente: debe encomendar a otra persona la búsqueda de la pieza dental.
Cuando la encuentre debe tomarla con una gasa estéril, si no dispone de gasa tome el diente por su corona.
Nunca tomarlo por la raíz; e inmediatamente colóquelo en un vaso plástico descartable con leche o solución fisiológica.
El transporte ideal será la solución salina de Hank.
Este producto es a la vez contenedor y presenta la solución como medio de transporte con los siguientes objetivos:
  • Que no se pierda el diente
  • Que no se dañe durante el transporte
  • Y  que las células no se deshidraten.

Si no se dispone de ella, otro medio de elección es la leche, preferentemente fría.
Estos dos medios pueden mantener la vitalidad de las células del ligamento periodontal incluso tres horas extra oralmente.
Tenemos otros medios como el agua.
También la saliva o el suero salino por diferentes razones: hipotonicidad, osmolaridad, pH, etc.
No permitirán una viabilidad celular periodontal de más de 45 minutos sin la aparición de complicaciones.
Lo normal es que tras sufrir el traumatismo, la persona se dé cuenta que se le ha caído el diente o bien que lo tiene totalmente flojo y desplazado de su sitio.
Revisar el estado de la herida si la hay y del alveolo donde va el diente.
Ver que no haya una fractura del borde óseo que impida la colocación.
Coger el diente por la corona y lavarlo con suero fisiológico o con agua
No tocar la raíz si no es necesario para limpiarla.
Colocar el diente en su sitio en el alveolo ejerciendo una presión ligera, fijarse en la orientación, si hay dudas, mirar el diente de al lado.
Luego ir al dentista, al centro de salud o a un centro de urgencias para recibir el tratamiento adecuado.


ODONTOLOGÍA BIOENERGÉTICA


La odontología bioenergética minimiza o excluye el uso de medicamentos con base química, ocasionalmente generadora de efectos secundarios a corto o largo plazo, para el tratamiento de las afecciones y problemas de salud.
Utilizando como alternativa, procedimientos no agresivos como la homotoxicologia, la medicina biológica, la terapia neural, la terapia antihomotoxica, etc.
La odontología holística, bioenergética o biológica, propone atender a las personas desde una mirada integral.
Intenta buscar las causas primarias de los distintos síntomas, de manera de tratar la raíz del problema y enfocar los tratamientos apropiados, más allá del diente.
Estas dificultades pueden ser:
  • Estructurales: tienen que ver con la parte esqueleto muscular y la postura.
  • Puede nacer en la boca y repercutir en el resto del cuerpo o viceversa, para diferenciar la causa e implementar su tratamiento, utilizamos el test de Meersemann de kinesiología.
  • Bioquímicas: como carencias de distintos elementos y alimentos, intoxicaciones con sustancias diversas en especial el Mercurio tan difundido en el medio bucal a través de las amalgamas dentales, intolerancias alimentarias, de contacto, entre otros.
  • Geopáticas: que se refiere a los campos electromagnéticos a los que las personas estamos expuestas.
  • Emocionales: como situaciones de stress, miedo, fobias.
Por esto la odontología bioenergética propone estudiar la biocompatibilidad de los materiales para cada persona, y el uso de medicamentos naturales como la Fitoterapia en sus distintas presentaciones, y la sustitución de algunos metales por materiales más compatibles biológicamente.
Es importante estar atentos a la mordida que resulta de la restauración de las piezas.
Si no hay un buen balance entre los dientes, porque falta alguno de ellos, por la presencia de dentaduras viejas, contactos prematuros, o apiñamiento de los dientes, se generan disfunciones oclusales.
Las disfunciones oclusales pueden traer consecuencias que muchas veces no se asocian con tal motivo.
Algunos de los síntomas que suelen aparecer son: dolor de cabeza, contracturas musculares, dolor de espalda, adormecimiento de las manos, dolor de oídos, vértigo, o náuseas.
Al igual que en otras partes del cuerpo (las manos, el ojo, los pies ), la dentadura tiene una correspondencia con órganos y partes del cuerpo.
Con lo cual cada pieza dental tiene una relación de reciprocidad que es conveniente tener en cuenta a la hora de diagnosticar y tratar los dientes.
La odontología bioenergética lo que hace es valorar el diente y las estructuras de soporte y de fijación como es la encía y el alveolo dental todo ello como posibles focos interferentes.
Puede desencadenar, producir o mantener enfermedades a distancia en cualquier parte del organismo.
Es frecuente el temor relacionado a la atención odontológica, por diferentes motivos como anestesias, instrumentos, turbinas, experiencias traumáticas, entre otros detonantes.
Los odontólogos bioenergéticos también ayudan a que los pacientes superen sus miedos y dolencias a través de remedios florales, aroma terapia, técnicas de relajación y manejo de energía.
La única diferencia entre la odontología convencional y la  bioenergética, neurofocal u holística “radica en la actitud personal del odontólogo”, y en ningún caso son excluyentes una de la otra.




CARIES RAMPANTE O ENFERMEDAD DEL BIBERÓN



Es ocasionada por una bacteria muy cariogénica llamada estreptococo mutans y él uso indiscriminado de la alimentación en biberón o el pecho materno por tiempo prolongado más allá del  que recomiendan los pediatras.
La caries del biberón es un tipo de caries que afecta a los dientes primarios (también llamados dientes de leche) de los lactantes y los niños y se caracteriza por ser rápidamente progresiva y muy destructiva.
Afecta principalmente a niños desde el inicio de la erupción dentaria (sobre los 6 meses) hasta los 4 o 5 años.
Los dientes más afectados son los cuatro dientes anteriores superiores ya que los inferiores aunque salen primero están protegidos por la lengua, el labio  y glándulas salivales a la hora de amamantar ya sea con pecho o biberón.
Comienza destruyendo el esmalte y avanza rápidamente destruyendo la dentina y provocando la pérdida del diente que se rompe por el cuello dentario.
La caries rampante se manifiesta por la aparición de  pequeñas manchas blanquecinas, indoloras, que a veces no se perciben a tiempo y en un lapso de 3 a 6 meses dejan a los dientes sin esmalte.
Las caries en un principio se aprecian como manchas de color blanco que van haciéndose amarillentas y se van extendiendo y haciendo cada vez más oscuras.
Estas manchas aparecen generalmente en la cara lingual o interna de los incisivos centrales superiores, cerca de la encía.
Van avanzando rodeando el diente como un anillo hasta acabar decapitando al diente, que pierde la corona o parte superior, quedando solo la raíz dentaria.
La causa es un contacto prolongado de los líquidos azucarados con los dientes del bebe, fundamentalmente cuando este duerme.
También influye la distinta susceptibilidad de cada bebé a la caries y el tipo de flora bacteriana que se encuentre en su boca.
Se ha visto que los niños afectados por caries del biberón tienen altos niveles del microorganismo llamado Streptococcus Mutans en boca.
Cuanto más dura el hábito, mayor es la afectación dentaria.
Estas caries suelen pasar desapercibidas para los padres que no reparan en ellas hasta que las lesiones están ya muy avanzadas.
La pérdida de estos dientes, aunque son primarios y deben ser sustituidos por los definitivos, ocasiona al niño múltiples problemas como:
  •           Dificultad para masticar y hablar.
  •           Alteración de la estética
  •     Pérdida del espacio adecuado para la erupción de los dientes permanentes con las consiguientes malposiciones dentarias de los mismos.
  •           Alteración del germen dentario de los dientes definitivos que está debajo de los primarios.


-          Instauración de malos hábitos como la interposición lingual o labial, infecciones, etc.
Cuanto más afecta a la estructura del diente y cuanto más sea el número de dientes afectados más caro y complicado es su tratamiento.
Por ello lo ideal es la prevención.
No dar al niño chupetes mojados en azúcar, jarabes, infusiones, u otras sustancias dulces.
Y por supuesto, jamás en anís u otra bebida alcohólica que perjudica seriamente su salud.
No dejar nunca que el bebé duerma con el biberón en la boca lleno de líquidos como leche, zumos, manzanilla, etc.
Después de las comidas limpiar con cuidado las encías y dientes del bebé con una gasita o paño húmedo.
Cuando el niño sea más mayorcito los padres deben cepillarle los dientes sin pasta dentífrica y usando un cepillo dental para niños.



martes, 4 de octubre de 2011

EL EMBARAZO Y LAS ENCÍAS

El embarazo es, a menudo, sinónimo de dientes y encías dañadas. "Cada hijo, un diente", así reza un refrán popular.
Es muy común, principalmente en los primeros meses de embarazo, que la mujer embarazada sienta mareos, náuseas, vómitos, y otras molestias.
Sin embargo, estos problemas no son la única alteración que puede sentir la mujer cuando está embarazada.
Paralelo a estos problemas también puede presentar molestias bucales, concentradas principalmente en las encías.
Cuando se está embarazada no se debe descuidar de la mente, de todo el cuerpo y también de los dientes.
Los cambios hormonales que el organismo sufre durante el embarazo conciliados con un mayor flujo de sangre por el cuerpo de la mujer pueden provocan una mayor sensibilidad a la placa dental.
Es decir la capa de bacterias que se forma continuamente sobre los dientes, y que es lo que causa la irritación en las encías.
La encía es un tejido extremadamente sensible a los cambios hormonales pudiendo por ello, favorecer situaciones que incluso conllevarían la pérdida de los dientes.
Es común que las encías se inflamen o infecten, y que se note que la boca produce más saliva que lo normal.
Es muy fácil saber si se padece o no una enfermedad gingival.
Existen algunos síntomas que pueden ayudar a reconocer algún problema:
-          Sangrado de los dientes durante el cepillado o la utilización del hilo dental
-          Encías hinchadas e irritadas
-          Mal sabor de boca
-          Mal aliento
Si siente algunos de estos síntomas lo mejor sería acudir al dentista para una revisión y una limpieza bucal.
Una adecuada higiene bucal es la clave para evitar la gingivitis y evitar así problemas más graves.
Esta enfermedad se caracteriza por inflamación, sangrado y enrojecimiento de las encías causado por el acúmulo de placa.
En este caso también se corre riesgo de que el hueso y los demás tejidos que rodean a los dientes queden permanentemente dañados si no se realiza tratamiento.
Pacientes en tratamiento periodontal deberán extremar el cuidado de mantenimiento durante el embarazo.
Con frecuencia el estado de la encía empeora durante el mismo.
La mejor forma de luchar contra esta enfermedad es evitándola.
Durante el embarazo es aconsejable cepillarse los dientes con una pasta específica para el buen mantenimiento de la salud gingival, como también realizar limpiezas interdentales todos los días.
Algunos consejos para que la mujer mantenga sus dientes y encías sanas, durante el embarazo:
-     Cepillar los dientes como mínimo dos veces al día.
-     Lo mejor sería hacerlo después de cada comida.
-     Cepillar los dientes con mucha suavidad.
-     Usar cepillo con cerdas suaves.
-     Si tiene mucha sensibilidad, recurra a los dentífricos especiales para encías delicadas.
-     Usar el hilo dental siempre que sea posible.
-     Quitará todos los restos de comida de los dientes.
-     Evitar comer muchos alimentos dulces.
-     Estos son grandes contribuidores a la gingivitis.
-     Visitar al dentista con regularidad.
-     Conviene hacer siempre una revisión.
-     En caso de que tenga algún síntoma, no esperes a que termine el embarazo.
-     Hable cuanto antes con un dentista, si sus encías sangran mucho, se llega a perder algún diente, si las encías están inflamadas, o si siente dolor en algún diente o en las encías.

SIDA Y ODONTOLOGÍA

El SIDA es una colección de síntomas causados en su mayor parte por infecciones que ocurren como resultado de la infección por VIH.
Este conduce eventualmente a la muerte.
Una persona infectada con este virus pierde poco a poco su resistencia y no puede luchar contra otras infecciones.
La única manera en que puede transmitirse el VIH durante el tratamiento odontológico es cuando se entra en contacto con la sangre de un individuo infectado.
Para proteger a todos los pacientes y a todo el personal del consultorio su odontólogo adoptará los métodos necesarios para evitar la contaminación.
Todos los odontólogos siguen rutinariamente normas de higiene y de control de la infección o “procedimientos obstaculizantes”, para prevenir la transmisión de la infección durante el tratamiento dental.
La limpieza y esterilización a fondo de los instrumentos, superficies y todos los implementos en general.
El uso de artículos descartables como guantes, agujas para la anestesia local, son medios que emplea su odontólogo durante su trabajo para proteger a los pacientes.
La atención y tratamiento dental son aspectos esenciales y muy importantes de la salud personal y el temor de contraer el virus VIH/SIDA debe ser juzgado dentro de ese contexto.
Son tan pequeños los riesgos de contagio durante el tratamiento dental que no tiene sentido evitar el tratamiento.
El control infeccioso inicia en la sala de espera, continúa en el sillón dental y termina en el pórtico del consultorio.
La recepcionista puede dar indicaciones de comportamiento a los padres y pacientes con infecciones activas.

LA IMPORTANCIA DE LOS DIENTES DE LECHE

La importancia de los dientes de leche es vital para que nuestro hijo pueda masticar correctamente durante los primeros años, ya que en estos años el desarrollo es muy importante y una buena alimentación requiere también una buena dentadura.
Ya sabemos que las bacterias de la caries intentan colonizar los dientes desde la aparición de éstos y una falta de higiene junto a un exceso de azúcar propicia que los dientes de leche puedan incluso llegar a perderse.
Claro que podríamos decir que como son de leche no pasa nada, porque volverán a salir y esto es un error!!!
Estos tienen como función indiscutiblemente la masticación, la trituración de los alimentos para iniciar la digestión.
Una masticación vigorosa a esa edad estimulara el crecimiento de los maxilares, de ahí el instinto infantil de masticar objetos.
Es bueno saber que durante los 2 y 5 años se produce el 70 por ciento del crecimiento de los maxilares y la cara.
La segunda función es la de establecer una línea o plano de oclusión, es decir se establece la guía de su mordida.
En tercer lugar ayuda a mantener la dimensión vertical, esto significa que permite establecer las proporciones de los segmentos faciales que determinan la estética facial entre otras cosas, del niño en desarrollo.
Una cuarta función radica en que los dientes de leche participan en el inicio de la fonación o articulación de las palabras.
Gracias a estos el bebé pronuncia correctamente sus primeras palabras.
La carencia de algunos dientes de leche, provocaran problemas de dicción o pronunciación de las palabras, problema éste que requerirá en tratamiento con el fonoaudiólogo.
La función más importante a tomar en cuenta es el mantenimiento del espacio requerido para la correcta erupción de los dientes permanentes.
De tal forma que la perdida antes de tiempo de alguno de los dientes de leche traerá como consecuencia dientes en mala posición por falta de espacio para la erupción de los dientes permanentes.
Esto resultara costoso a la larga por la necesidad de encontrar una solución para corregir este desorden.
 

SÍNDROME DEL BIBERÓN

La  caries de biberón también es conocida como la caries dental del bebé, síndrome del biberón o caries de la lactancia.
Esta última denominación la más correcta ya que es una caries rampante que afecta a la dentición primaria de los lactantes y niños de corta edad.
Está relacionada con:
·      Uso frecuente y prolongado de un biberón con contenido líquido con carbohidratos fermentables como jugo de fruta comercializado, uso de jarabes vitamínicos.
·      Alimentación materna prolongada.
Los dientes que se afectan principalmente son los cuatro incisivos de leche superiores y las primeras muelas de leche tanto inferiores como superiores.
Los caninos inferiores se ven implicados con menos frecuencia.
No se ven afectados normalmente los incisivos de leche inferiores, porque con el hábito de succión de los niños hace que el labio inferior proteja a estos dientes.
Para que se origine cualquier tipo de lesión de caries es necesario que confluyan en el individuo tres factores.
Éstos están claramente diferenciados en el conocido diagrama de Keyes y son: bacterias patógenas, sustrato y susceptibilidad del huésped, influyendo también el factor tiempo.
La causa principal es la presencia durante tiempos prolongados de un biberón que contiene leche u otro líquido con hidratos de carbono, sobre todo durante el sueño.
La leche, tanto bovina como materna, tiene baja cariogenicidad.
La caries del lactante es una enfermedad incuestionablemente inducida, ya que el biberón se le da al niño para inducirlo a que se duerma cuando conviene a los padres.
Cuando el niño se adormece hasta finalmente dormirse, la velocidad de deglución disminuye, al igual que la secreción y flujo salivar.
De esta forma, la leche en la boca forma una colección estancada que baña los dientes, excepto los antero inferiores pues la lengua se mantiene en contacto con los labios impide que se acumule la leche a su alrededor.
Durante este periodo se forman ácidos que continuamente producen desmineralizaciones en el esmalte.
Si este proceso se repite con frecuencia lleva a la aparición de caries.
El hábito de succión de biberón puede ser nocturno (el más frecuente) o diurno, y eso determina patrones distintos de afectación.
En el patrón diurno se afectan todos los dientes inferiores excepto los incisivos (por acción protectora de la lengua) y las caras oclusales de los dientes posteriores.
Además del biberón y chupete, hay otros factores que pueden influir en la aparición de este tipo de caries.
La lactancia materna prolongada, la actividad muscular oro facial, la frecuencia y duración del hábito las alteraciones estructurales de los tejidos duros dentales, la capacidad tampón y cantidad de la saliva del niño y la respiración oral también influyen.
Se caracteriza principalmente por lesiones de rápida progresión en las superficies lisas de los dientes superiores sobretodo.
Las lesiones pueden incluso rodear completamente al diente, pudiendo decapitarse y quedando el diente a nivel de encía.
La lesión inicial suele ser una manchita blanca o punteado del esmalte al poco tiempo de salir los dientes, pronto cambian de color hacia un amarillo claro y se extienden hacia los lados y hacia abajo.
Si la caries no se trata a tiempo puede producir gangrena pulpar y hacer aparecer flemones en los niños.
La prevencion es la mejor solución.