La
epilepsia tiene su origen en unos cambios breves y repentinos del
funcionamiento del cerebro.
Por
esta razón, se trata de una afección neurológica, la cual no es contagiosa ni
está causada por ninguna enfermedad o retraso mental.
Algunas
personas con retraso mental pueden experimentar ataques epilépticos, pero tener
estos ataques no implica necesariamente el desarrollo de una deficiencia
mental.
La
epilepsia es un trastorno con muchas causas posibles.
Cualquier
cosa que impida o distorsione el patrón de actividad neuronal normal puede
conducir a la aparición de una crisis epiléptica.
Se
ha observado que algunas personas epilépticas tienen una cantidad más alta de
neurotransmisores activos (sustancias encargadas de conducir el impulso
nervioso entre las neuronas), lo cual incrementa la actividad neuronal.
En
otros se ha observado una cantidad baja de inhibidores de dichos
neurotransmisores, lo cual también aumenta la actividad neuronal.
En
ambos casos aparece la epilepsia.
En
la atención odontológica de una paciente con epilepsia es importante reconocer
la existencia de posibles factores desencadenantes de crisis epilépticas y se
deben tomar todas aquellas las medidas conducentes a su manejo y prevención.
A
continuación exponemos los principales factores desencadenantes de crisis
epilépticas.
Ansiedad
y estres: es una situación frecuente que se origine el consulta de odontología
y se deben tomar todas las medidas de relajación con psicoterapia o
farmacología para el control de las misma.
Supresión
del tratamiento antiepiléptico habitual.
El
hecho de ser sometido a una intervención dental por parte del paciente puede
ser interpretado como “que debe suspender el tratamiento”.
El
odontólogo debe asegurarse de la correcta administración de los fármacos.
Proceso
infeccioso intercurrente, la existencia de un proceso febril puede elevar el
riesgo de desarrollar crisis epiléptica.
Privación
de sueño, constituye un factor de riesgo epiléptico importante.
Se
debe aconsejar al paciente para evitar la privación voluntaria.
Consumo
de alcohol o excitantes.
Pueden
desencadenar crisis epilépticas e interferir negativamente con la eficacia de
la medicación antiepiléptica.
Menstruación:
Durante la menstruación se pueden desencadenar crisis epilépticas y de hecho
hay algunos crisis que solo se presentan durante la menstruación (epilepsia
catamenial).
Hipoglucemia:puede
ser de forma aislada un factor desencadenantes de crisis por se incluso en paciente
previamente no epiléptico.
En
sentido, se debe recomendar todos aquellos medida conducentes a la prevención
de situación de hipoglucemia.
Deshidratación:
Es otro factor que puede desencadenar crisis sobre todo en niños.
Hiperventilación,
de forma mantenida puede desencadenar crisis epilépticas.
En
Neurofisiología se utiliza para activar posibles focos epilépticos en el EEG.
Luces
intermitentes:La fotoestimulación con una determinada frecuencia de disparo
puede desencadenar crisis.
También
se utiliza en los Servicios de Neurofisiología para desencadenar crisis o
activar focos en el EEG.
Trastorno
gastrointestinales puede interferir en la absorción de fármacos antiepiléptico.
Fármacos:
Determinados medicamentos pueden ejercer un efecto epileptógeno, especialmente
por vía intravenosa y altas dosis entre ellos antibióticos (ciprofloxacino) ,
analgésicos narcóticos (fentanil, pentazocina, meperidina).
Reflejos
específicos, existe algún tipo de crisis de carácter reflejo como las desencadenadas
por la deglución, la masticación, etc., que puede presentar durante el acto de
la intervención dental.
Recomendaciones antes
del inicio de intervención dental.
Es
aconsejable realizar una breve historia clínica de las crisis al paciente o
acompañante, conocer la existencia de pródromos o aura.
Asi
como posibles factores desencadenantes de las crisis y medicación
antiepiléptica.
En
ocasiones, puede solicitarse información complementaria al neurólogo que este
llevando regularmente al paciente.
Se
ha de intentar evaluar aspectos generales del paciente; lesiones provocadas por
traumatismos o caídas debidas a las crisis epilépticas, efectos de la
medicación (alopecia, hirsutismo, rash cutáneos, etc.).
En
la exploración bucal se valorará especialmente la existencia de deformidades en
cavidad oral, patología en las encías (hipertrofia gingival) y condiciones
higiénicas bucales.
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