martes, 3 de enero de 2012

EL CUIDADO DE LA CAVIDAD DENTAL EN LAS GESTANTES


Los cambios que se producen en el embarazo hacen a la futura mamá más susceptible a la gingivitis y la caries.
La higiene dental y los hábitos nutricionales adecuados destierran el viejo mito de que cada embarazo cuesta un diente.
Durante el embarazo, sus encías son más propensas a inflamarse o infectarse.
A la mayoría de las embarazadas les sangran las encías, en particular cuando se cepillan los dientes o se pasan el hilo dental.
Durante el embarazo se producen grandes cambios en la mujer a todos los niveles: en el aspecto físico, en el químico y en el psicológico.
Esto hace que la cavidad bucal de la embarazada sea más susceptible a padecer gingivitis y caries.
“Gingivitis” es la inflamación de las encías.
“Enfermedad periodontal” es la infección de las encías.
También puede notar que la boca produce más saliva durante el embarazo.
Durante el embarazo se produce un aumento de las hormonas llamadas prolactina y estrógenos las cuales condicionan cambios en las estructuras de todo el organismo y especialmente en los tejidos de la boca.
Estos tejidos aumentan la irrigación sanguínea y sufren una mayor capacidad inflamatoria ante los irritantes locales externos.
Aumenta así la posibilidad de sufrir ciertas alteraciones como la gingivitis.
La placa bacteriana actuaría con más agresividad en unas encías cuyo estado está influido por las hormonas, la alimentación deficiente, el cambio de hábitos alimentarios o de pautas de higiene dental.
Las alteraciones bucales propias del embarazo, aunque frecuentes, no son inevitables y pueden prevenirse realizando una adecuada higiene dental con un cepillado después de las comidas y usando la seda dental.
Una limpieza cuidadosa eliminará la placa bacteriana que es la causante de la caries dental y de la gingivitis.
Es preferible usar un dentífrico que contenga flúor, que es antibacteriano y refuerza el esmalte dental.
Lo ideal es comenzar el embarazo con una boca sana, sin caries ni otros problemas como gingivitis, sarro, flemones, etc.
Ya que estas patologías no sólo afectan a la salud de la madre, sino también a la del hijo.
Es aconsejable realizar visitas periódicas al dentista, que podrá efectuar los tratamientos oportunos y detectar y prevenir cualquier alteración para que la salud bucal sea la óptima.

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