La caries de
biberón también es conocida como la caries dental del bebé, síndrome del
biberón o caries de la lactancia.
Esta última denominación la más correcta ya que es una
caries rampante que afecta a la dentición primaria de los lactantes y niños de
corta edad.
· Uso
frecuente y prolongado de un biberón con contenido líquido con carbohidratos
fermentables como jugo de fruta comercializado, uso de jarabes vitamínicos.
·
Alimentación
materna prolongada.
Los dientes que se afectan principalmente son los cuatro
incisivos de leche superiores y las primeras muelas de leche tanto inferiores
como superiores.
Los caninos inferiores se ven implicados con menos
frecuencia.
No se ven afectados normalmente los incisivos de leche
inferiores, porque con el hábito de succión de los niños hace que el labio
inferior proteja a estos dientes.
Para
que se origine cualquier tipo de lesión de caries es necesario que confluyan en
el individuo tres factores.
Éstos
están claramente diferenciados en el conocido diagrama de Keyes y son:
bacterias patógenas, sustrato y susceptibilidad del huésped, influyendo también
el factor tiempo.
La
causa principal es la presencia durante tiempos prolongados de un biberón que
contiene leche u otro líquido con hidratos de carbono, sobre todo durante el
sueño.
La
leche, tanto bovina como materna, tiene baja cariogenicidad.
La
caries del lactante es una enfermedad incuestionablemente inducida, ya que el
biberón se le da al niño para inducirlo a que se duerma cuando conviene a los
padres.
Cuando
el niño se adormece hasta finalmente dormirse, la velocidad de deglución
disminuye, al igual que la secreción y flujo salivar.
De
esta forma, la leche en la boca forma una colección estancada que baña los
dientes, excepto los antero inferiores pues la lengua se mantiene en contacto
con los labios impide que se acumule la leche a su alrededor.
Durante
este periodo se forman ácidos que continuamente producen desmineralizaciones en
el esmalte.
Si
este proceso se repite con frecuencia lleva a la aparición de caries.
El
hábito de succión de biberón puede ser nocturno (el más frecuente) o diurno, y
eso determina patrones distintos de afectación.
En
el patrón diurno se afectan todos los dientes inferiores excepto los incisivos
(por acción protectora de la lengua) y las caras oclusales de los dientes posteriores.
Además
del biberón y chupete, hay otros factores que pueden influir en la aparición de
este tipo de caries.
La
lactancia materna prolongada, la actividad muscular oro facial, la frecuencia y
duración del hábito las alteraciones estructurales de los tejidos duros
dentales, la capacidad tampón y cantidad de la saliva del niño y la respiración
oral también influyen.
Se
caracteriza principalmente por lesiones de rápida progresión en las superficies
lisas de los dientes superiores sobretodo.
Las
lesiones pueden incluso rodear completamente al diente, pudiendo decapitarse y
quedando el diente a nivel de encía.
La
lesión inicial suele ser una manchita blanca o punteado del esmalte al poco
tiempo de salir los dientes, pronto cambian de color hacia un amarillo claro y
se extienden hacia los lados y hacia abajo.
Si
la caries no se trata a tiempo puede producir gangrena pulpar y hacer aparecer
flemones en los niños.
La prevencion es la mejor solución.
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