El
SIDA es una colección de síntomas causados en su mayor parte por infecciones
que ocurren como resultado de la infección por VIH.
Este
conduce eventualmente a la muerte.
Una
persona infectada con este virus pierde poco a poco su resistencia y no puede
luchar contra otras infecciones.
La
única manera en que puede transmitirse el VIH durante el tratamiento
odontológico es cuando se entra en contacto con la sangre de un individuo
infectado.
Para
proteger a todos los pacientes y a todo el personal del consultorio su
odontólogo adoptará los métodos necesarios para evitar la contaminación.
Todos
los odontólogos siguen rutinariamente normas de higiene y de control de la
infección o “procedimientos obstaculizantes”, para prevenir la transmisión de
la infección durante el tratamiento dental.
La
limpieza y esterilización a fondo de los instrumentos, superficies y todos los
implementos en general.
El
uso de artículos descartables como guantes, agujas para la anestesia local, son
medios que emplea su odontólogo durante su trabajo para proteger a los
pacientes.
La
atención y tratamiento dental son aspectos esenciales y muy importantes de la
salud personal y el temor de contraer el virus VIH/SIDA debe ser juzgado dentro
de ese contexto.
Son
tan pequeños los riesgos de contagio durante el tratamiento dental que no tiene
sentido evitar el tratamiento.
El
control infeccioso inicia en la sala de espera, continúa en el sillón dental y
termina en el pórtico del consultorio.
La
recepcionista puede dar indicaciones de comportamiento a los padres y pacientes
con infecciones activas.
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