Los
dentífricos son conocidos como pastas de dientes y desde antaño se han usado
para contribuir a la limpieza de los dientes.
Son
aquellos productos (cremas, pastas, soluciones, polvos) que se utilizan para la
limpieza de la dentadura, y generalmente acompañan al método de cepillado.
Es
importante destacar, sin embargo, que sin un buen método de cepillado, la
acción de los dentífricos es ineficaz.
Si
se tiene la boca sana y se visita al dentista con regularidad, se puede seguir
usando la misma pasta, haciendo caso omiso a lo que digan los anuncios
publicitarios.
La
pasta dentífrica y la técnica de cepillado dental son un producto y un método
que funciona de manera conjunta para remover la placa dental.
Para
un resultado óptimo en materia de higiene bucal y prevención de enfermedades
dentales debe conocerse una adecuada técnica de cepillado.
Sin
embargo, es sumamente importante conocer los distintos tipos de dentífricos
existentes y su utilidad para cada caso particular.
Los
dentífricos están compuestos por diferentes sustancias y cada una de ellas
tiene una función diferente.
Un
cepillo dental manual consta de dos partes: mango y cabezal.
El
mango puede tener diferentes diseños, no hay estudios evidentes de qué tipo de
mango es mejor.
Hay
mangos rectos o mangos con una curvatura o acodados lo que hace que el cabezal
quede a otro nivel.
Hay
mangos con un codo flexible que según sus diseñadores sirve para llegar mejor
en zonas de la boca de acceso más difícil.
La
parte más importante del cepillo es la cabeza, es la parte activa.
Los
primeros cepillos se confeccionaron con cerdas naturales, de aquí su nombre,
hasta que se empezaron a fabricar fibras sintéticas y hoy se usan filamentos de
nylon y fibras de poliéster.
Se
ha creado una interminable variedad de cepillos con mangos, alturas de cerdas o
extensiones modificadas.
Cuando
se ha diseñado un instrumento apropiado, se aplica un movimiento de cepillado
para satisfacer las necesidades del paciente.
Para
la etapa de la infancia, existen diversas recomendaciones para comprar un
cepillo dental adecuado para cada niño.
Es
importante que los padres consulten durante el primer año al Odontopediatra,
para recibir asesoría sobre la limpieza de la boca del niño, aún antes de tener
dientes.
Los
restos de la leche materna o del biberón, pueden causar en las encías del bebé
enfermedades que pueden prevenirse, realizando diariamente una completa
limpieza de los rodetes o rebordes de las encías con el dedo cubierto por una
gasa humedecida.
El
momento de cambiar de cepillo dental, varía según la fuerza o la frecuencia del
cepillado.
En
promedio se sugiere cambiar cada 3 meses el cepillo dental, o cada vez que las
cerdas se vean desgastadas, lo que puede ser un problema para los padres de los
niños que muerden los cepillos o juegan con ellos.
Es
importante mantener el cepillo, con un protector de la cabeza, o en un lugar
fresco y seguro, para evitar la contaminación de éste.
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