lunes, 21 de noviembre de 2011

¿QUÉ SON LOS IMPLANTES?


Los implantes dentales son unas prótesis que se colocan (implantan) en el hueso mandibular o maxilares creando una base sólida sobre la que se pueden efectuar tanto restauraciones de dientes individuales, como prótesis parciales o totales, y funcionan exactamente igual que nuestros dientes naturales.
Los implantes dentales nos permitirán masticar con total comodidad, sonreír y hablar con la misma seguridad que nuestros propios dientes.
En este sentido, es importante entender que un implante no es más que una “raíz artificial” y que por sí solos no significan nada.
Sólo tienen utilidad en función de ofrecerle “soporte” a una prótesis en cualquiera de sus tipos.
Su dentista le podrá dar información completa de su situación particular y le ayudará a decidir si los implantes dentales son su solución.
Un implante es un dispositivo hecho en un material biocompatible (titanio) que reemplaza a la raíz de un diente perdido.
Hoy en día hay innumerables estudios que demuestran que el titanio es el biomaterial por excelencia, dado su óptima biocompatibilidad con el organismo humano.
Además, el titanio se óseo-integra con el tejido óseo, produciendo lo que podríamos denominar una soldadura biológica entre el hueso vivo y el titanio.
También sabemos que es el material que mejor responde con el paso de los años.
Hay estudios desde hace más de 15 años que demuestran cómo las prótesis sobre implantes de titanio se mantienen estables con el paso del tiempo.
Todo esto hace que el titanio sea nuestro material de elección.
Se ha podido demostrar científicamente que, en condiciones cuidadosamente controladas, se puede integrar el titanio con el hueso vivo, con un alto grado de predictibilidad, y sin inflamación de los tejidos blandos que lo rodean.
A esta unión intima de las células óseas con la superficie del titanio es a lo que se denomina óseo-integración (el hueso acepta el titanio como si en realidad formara parte de la estructura del propio organismo, produciendo de esta forma una soldadura biológica y creciendo a su alrededor).
Estos cumplen una función estética, frenan la reabsorción ósea y disminuyen la sobrecarga de las piezas remanentes.
Sustituye las dentaduras removibles (de quita y pon) por dientes fijos, mejorando la función y simultáneamente sirve de anclaje para este tipo de dentaduras, aumentando de forma muy notable su estabilidad.
Propone piezas dentarias sin necesidad de tocar los dientes naturales, permitiéndonos masticar con total comodidad,  sonreír y hablar con total seguridad.
Cuando acuda a su dentista por primera vez para hablar de la posibilidad de una terapia mediante implantes, se le hará una historia clínica y una exploración exhaustiva de su boca.
Se tomaran radiografías de forma que el dentista pueda determinar el tipo, cantidad y situación del hueso disponible.
En la mayoría de los casos una radiografía  panorámica es indispensable; este estudio se puede completar con un TAC (Tomografía computarizada, Escáner).
Su dentista empleará en cada caso las técnicas diagnósticas que considere adecuadas.
La toma de modelos de su boca aportará información de gran valor.
Su especialista decidirá la necesidad de rehacer pruebas complementarías como un estudio radiográfico postoperatorio, etc...
Con todas estas pruebas su especialista lo que está valorando es si usted es un candidato ideal para los implantes y qué tipo de terapia es la más adecuada para su caso concreto.
El tratamiento quirúrgico consta habitualmente de dos fases, aunque en algunas situaciones podría realizarse en una sola.
Para simplificar las cosas explicaremos de qué consta un tratamiento tradicional en dos fases.
La cirugía se puede realizar en el consultorio de su dentista, con anestesia local y quizás con sedación.
También se puede realizar en un hospital con anestesia general.
Si ésta se realiza en un hospital, se precisará la estadía durante una noche después de la intervención.
El campo donde se ha de realizar la cirugía será estéril.



¿QUÉ SON LAS PRÓTESIS DENTALES?


Una prótesis dental es parte de un tratamiento cuya finalidad es devolver la normalidad al esquema general dentario permitiendo que el paciente pueda volver a masticar y llevar una vida dental normal.
Debido a que nuestra boca está en constante movimiento, nuestros dientes realizan la función de masticar los alimentos de manera recurrente y constante.
Esto conlleva a determinar que una prótesis debe garantizar ese normal desempeño sin generar mayores traumatismos a los que ya ha sido expuesta la boca.
Las piezas dentales se apoyan unas en las otras y además engranan con las opuestas.
Si perdemos una de ellas, las demás se moverán y fallarán.
Nosotros brindamos la solución odontológica por medio de prótesis para corregir estas fallas.
Caries profundas, problemas de encía, accidentes o fracturas obligan al odontólogo a extirpar la o las piezas dañadas o que con la edad se van deteriorando y aflojando de tal forma que se caen solas.
Gracias a los avances de la tecnología, ahora ya que pueden ofrecer diversas opciones a los pacientes para recuperar de forma “postiza o artificial”, su dentadura.
Lo que si bien no es igual a tener la dentadura propia, ayuda sin duda a que la boca realice sus funciones de forma casi normal.
Cuando se han perdido todas las piezas dentarias de un maxilar o de los dos, las personas tienen dos opciones: o utilizar dentaduras completas móviles o aplicarse implantes para colocar los dientes de forma definitiva.
Lo primero tiene la desventaja de que con el tiempo los huesos de los maxilares se reabsorben, por lo que hay que cambiar de prótesis con relativa frecuencia porque ya no ajustan bien.
Por otro lado, las prótesis removibles, no son del agrado y comodidad de todas las personas, se mueven, se ensucian y ocasionan molestias adicionales y muchas ocasionan lesiones pequeñas en las encías, mientras se acostumbra a su fricción.
La otra opción, que se busca cada vez con mayor frecuencia, es la de los implantes, método que utiliza “tornillos”, de titanio que se incrustan en el hueso y dejan un pilar por fuera de la encía en donde se atornilla el diente definitivo.
Este procedimiento es más costoso y molesto, pero en personas a las que les funciona, les permite tener una dentadura muy parecida a la normal.
Un inconveniente es para las personas que tienen poco hueso en la encía, lo que imposibilita la colocación del tornillo.
Mantener una prótesis dental no requiere un esfuerzo excesivo, solo unas normas básicas.
Debemos limpiar las prótesis después de cada comida con un cepillo dental.
Recuerde que las prótesis dentales están confeccionadas con acrílicos, que son materiales porosos que retienen la placa bacteriana, por lo que un simple cepillado (limpieza mecánica), en todos los casos, no es suficiente.
No debemos utilizar líquidos abrasivos como legía, puesto que éstos actúan deteriorando las propiedades del material del que están hechas las prótesis.
Existen materiales en el mercado de distintos tipos como pastillas limpiadoras efervescentes que permiten una limpieza rápida y profunda de las prótesis dentales, para el caso de prótesis removibles.
Nuestra boca y sonrisa serán nuestra carta de presentación con el mundo exterior.
El buen mantenimiento de nuestras prótesis dentales no solo facilitará su uso sino también su duración.





¿QUÉ ES LA ODONTOPEDIATRIA?


La Odontopediatría es la rama de la odontología encargada de tratar a los niños.
El Odontopediatra será, por tanto, el encargado de explorar y tratar al paciente.
También se encarga de detectar posibles anomalías en la posición de los maxilares o dientes para valorar un tratamiento de ortopedia o remitir al especialista en ortodoncia, y de hacer un tratamiento restaurador en caso de necesitarlo.
Aunque en sus comienzos se orientó a la extracción, más tarde la odontopediatría entró en una era de intercepción de la caries, con énfasis en los procedimientos diagnósticos y en el mantenimiento de la integridad de la arcada, en lugar de la pérdida dental a causa de caries y traumatismos.
Las técnicas restaurativas, el tratamiento pulpar, el mantenimiento del espacio y la ortodoncia interceptiva son aspectos fundamentales de esta área.
En la edad infantil el problema fundamental en cuanto a patología bucodental está constituido por la caries.
Ya en edades tempranas el niño puede estar seriamente afectado por este problema (caries de biberón).
La caries dental es una enfermedad microbiana que afecta a los tejidos calcificados de los dientes.
El problema con que nos encontramos se debe a que la caries dental se establece en la boca mucho antes de producirse manifestaciones objetivas clínicas.
La principal diferencia entre la odontología habitual y la odontopediatría en el tratamiento de caries es la presencia de los dientes temporales (los de leche) en los niños.
Esto hace que el tratamiento cambie, de forma que las lesiones ocurridas en la dentición temporal se tratarán de una manera menos conservadora y más agresiva que las ocurridas en los dientes permanentes.
De esta manera evitar que, en el peor de los casos, se pudiera dar un tratamiento insuficiente a un diente temporal que luego repercutiría en su sucesor el diente permanente.
Es con los primeros dientes erupcionados, que se hace tomar conciencia a los padres para que el niño reciba una alimentación no cariogénica.
Se instruye como debe ser la higiene del bebé para prevenir a futuro que se presente encías sangrantes (gingivitis); al tiempo educamos a corregir hábitos que más tarde provocan la deformación del maxilar y la inclinación de los dientes, que luego pueden ser fácilmente golpeados en cualquier caída.
La Odontopediatría es de las especialidades más sobresalientes de la odontología debido a que se permite un abordaje más temprano y con ello el riesgo de los menores a las enfermedades dentales.
La Odontopediatría es la especialidad que diagnostica, previene y trata las enfermedades bucales de los niños y adolescentes.
La mayoría de personas no piensa en un recién nacido como alguien con dientes.
Pero, los primeros 20 dientes que aparecerán en los próximos dos años y medio, ya están presentes en las mandíbulas del bebé desde su nacimiento.
Las coronas de los dientes primarios ya están casi completas y la superficie de masticación de los dientes permanentes ya ha comenzado a formarse.
Los cuatro dientes de enfrente, usualmente salen primero, en muchos casos alrededor del sexto mes, después del nacimiento.
Aproximadamente, a los dos años, termina la aparición de todas las piezas temporales de los niños y este es el momento oportuno para comenzar a controlar al niño de forma periódica con el Odontopediatra.
Entre los cinco y siete años de edad empiezan a cambiarse los incisivos y hacen erupción los primeros molares definitivos.
Entre los catorce y los dieciséis años han aparecido ya todos los dientes permanentes, a excepción de las muelas del juicio, que hasta los veinticuatro años de edad pueden terminar de formarse.
En la actualidad contamos con una amplia gama de tratamientos que mantienen la salud bucal del niño tales como: la aplicación de Flúor y sellantes, la interrupción temprana de los malos hábitos y maloclusiones.
Entre los tres y los cinco años, el niño no puede comprender el significado del control de placa, ni tiene la destreza manual suficiente para desarrollar este cometido, pero el imita todo lo que observa de sus padres y hermanos mayores.
El punto principal en esta época es la higiene bucodental de los niños a través de sus padres, y el cepillado infantil.
De los seis a los nueve años se realizarán charlas informativas, demostraciones prácticas, instrucciones sobre el correcto manejo del cepillo, uso de los reveladores de placa.
De los diez a los catorce años, se deberá incluir todo lo anterior introduciendo además el concepto de enfermedad periodontal, relacionándola con el sangrado, inflamación gingival y el mal aliento.






LAS ENFERMEDADES CARDIACAS Y SU RELACIÓN CON LAS ENFERMEDADES PERIODONTALES


Existen factores de riesgo para el establecimiento de la enfermedad cardiovascular, entre ellos los más importantes son: Hipertensión, Hipercolesterolemia, Cigarrillo, Diabetes, Obesidad.
Posiblemente el factor de riesgo más importante es la predisposición genética individual para el establecimiento de la enfermedad
Existe un consenso entre los expertos que la posible relación entre las bacterias residentes en las bolsas periodontales y la formación de placas de ateroma.
Sería más por la influencia de la inflamación sistémica que por la posible translocación de las bacterias por la sangre e infiltración de las paredes vasculares.
Aunque ambas vías están relacionadas entre sí, puesto que no existe inflamación sistémica si no hay una exposición sistémica de las bacterias.
En cuanto a si la infección podría ser el detonante de las enfermedades cardiovasculares, la evidencia de los estudios epidemiológicos muestra que las infecciones en general (respiratorias, urinarias) aumentan el riesgo.
Sin embargo la vía de la inflamación sistémica es hoy la causa más aceptada.
La cuestión es si el estado inflamatorio local de los tejidos periodontales es suficiente para causar la inflamación sistémica.
Está comprobado que la enfermedad periodontal se asocia a disfunción endotelial de los vasos sanguíneos y que la terapia periodontal mejora la elasticidad de los vasos.
La endocarditis infecciosa es una condición que se caracteriza por la inflamación del recubrimiento interno del corazón y de las válvulas del corazón, generalmente provocada por una infección bacterial.
Las válvulas del corazón que se han visto dañadas o que son anormales se encuentran en un alto riesgo de adquirir la endocarditis infecciosa, aunque la infección también puede ocurrir en válvulas normales cuando un gran número de bacteria está presente.
Los investigadores creen que cuando a un individuo se le diagnostica la enfermedad periodontal, una tarea tan normal como la de masticar o cepillarse puede lastimar el tejido de la encía, permitiendo que la bacteria entre al flujo sanguíneo.
La acumulación de esta bacteria en las válvulas del corazón, por lo general, conduce a una infección fatal, a menos que sea tratada.
La enfermedad de las arterias coronarias es otro tipo de enfermedad cardiovascular en la cual las paredes de las arterias coronarias (vasos sanguíneos del corazón) gradualmente se vuelven más gruesas por la acumulación de proteína grasa.
Por lo general, se forman coágulos sanguíneos en estas angostas arterias coronarias y la actividad normal del flujo sanguíneo se ve obstruida, privando al corazón de los nutrientes y el oxígeno necesarios para un funcionamiento adecuado.
Actualmente, los científicos creen que la bacteria encontrada en la cavidad oral entra al torrente sanguíneo, se adhiere a las placas grasas y puede contribuir a la formación de coágulos.
Los investigadores han descubierto que las personas que sufren de enfermedad periodontal corren doble riesgo de contraer la enfermedad de las arterias coronarias, en comparación con aquellos que no la sufren.
La información actual lleva a los científicos a creer que la enfermedad periodontal representa un importante factor de riesgo para la enfermedad del corazón.
En conjunto con otros factores de riesgo, tales como la edad, el hábito de fumar, diabetes, hipertensión y un alto nivel de colesterol en la sangre.
La enfermedad periodontal puede estar relacionada con la enfermedad cardiaca, ya que la boca es no es un ente aislado de los otros órganos y sistemas.
El factor de riesgo más importante para el desarrollo de enfermedades cardiacas es el factor genético
Con el incremento en el riesgo de problemas de salud del corazón, incluyendo hipertensión, enfermedades del corazón e infartos, debemos llevar a cabo medidas preventivas, tanto contra la enfermedad del corazón como la enfermedad periodontal.
Se les aconseja platicar con sus dentistas o periodoncistas acerca de la evaluación periodontal y los pasos preventivos para mantener una buena salud oral.

LÁSER EN ODONTOLOGÍA


El láser dental, es una fuente de luz concentrada, no ionizante (que no produce ningún tipo de efectos secundarios al paciente), que remueve tejido dental infectado.
La odontología láser es más conservadora, que la tradicional, porque respeta las zonas sanas de los dientes.
Además el láser, trabaja sobre las mucosas y resto de tejidos que están en la boca.
En todos los tratamientos, ya sea de forma directa o indirecta, se usa algún tipo de láser dental.
Con la tecnología láser, los anestésicos inyectables, se necesitan en menos del 15% de los pacientes.
Y además sí se necesitara, un pinchazo, se administra láser anestesia, la cual disminuye la molestia de la aguja, en un rango del 90 a 100%.
El láser dental, permite tratar la mayoría de lesiones de caries, sin recurrir a la vibración y al ruido que produce la turbina.
Los tratamientos tienen precios similares, a los cobrados, en clínicas con tecnología tradicional.
Con respecto a la estética, todas las cavidades tratadas con láser se obturan con materiales a base de resinas que endurecen bajo el efecto de la luz halógena.
Las cuales se adhieren al diente un 50% más que en los casos no tratados con láser.
Con referencia a las ventajas psicológicas, el paciente concurre relajado y tranquilo al saber que no sentirá dolor, ruido ni pinchazos asociados al uso de la turbina.
Las ventajas que tiene un diente arreglado con láser frente a otro reparado con turbina son muchas.
Entre ellas hay ventajas biológicas, estéticas y psicológicas.
Dentro de las primeras podemos mencionar que la acción del láser es sumamente puntual y precisa.
De modo que no es necesario eliminar grandes cantidades de tejido sano, como ocurre con el paso de una fresa girando a alta velocidad.
Además, el tejido irradiado con láser queda esterilizado, lo cual garantiza que no habrá recidivas de caries debajo de esa restauración.
Una caries no siempre se arregla más rápido con láser.
A veces el tiempo de trabajo es más prolongado, porque el láser va trabajando lentamente y en superficie.
El láser dental es usado por cientos de odontólogos en Estados Unidos y Canadá, así como en Europa, Asia y Australia, quienes atienden miles de pacientes.
Es un haz de luz concentrado que, transmitido a través de una fibra óptica, impacta en forma suave y pulsátil sobre la superficie dentaria.
El láser es completamente seguro.
Sin embargo, es fundamental la protección ocular -con anteojos filtrantes especiales- tanto del profesional, como del paciente y de la asistente.
No hay riesgo para las gestantes porque es un haz de luz concentrada no ionizante.
Por el contrario favorece la circulación sanguínea del niño en gestación debido a que la madre está relajada.
Este puede usarse para reemplazar al torno prácticamente en todos los tipos de caries que no fueron tratadas previamente con amalgama.
Dado que por ser ésta de naturaleza metálica, el rayo se refleja en ella como en un espejo y rebota sin actuar.





viernes, 4 de noviembre de 2011

¿QUÉ ES LA ENDODONCIA?

La endodoncia es la parte de la odontología que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los dientes que afectan a la pulpa dental, y a los tejidos que la rodean.
El tratamiento endodóntico comprende todos aquellos procedimientos dirigidos a mantener la salud de la pulpa dental o de parte de la misma.
La pulpa dental es un tejido conjuntivo constituido por células y aferencias nerviosas y vasculares, que ocupa parte de la corona y la raíz o raíces del diente.
La cámara pulpar es la porción de la cavidad pulpar que se encuentra dentro de la corona mientras que la parte que ocupa la raíz se llama conducto radicular.
La cavidad pulpar está ocupada por la pulpa dentaria.
Este paquete vasculo-nervioso entra y sale por el extremo de la raíz (ápice radicular) por un orificio muy pequeño (foramen apical).
La cámara pulpar es siempre una cavidad única y varía de forma, de acuerdo al contorno externo de la corona.
El tamaño de la cavidad pulpar está determinado fundamentalmente por la edad del paciente.
Los dientes de los niños tienen las cavidades pulpares más grandes.
Con la edad, y las agresiones que sufren los dientes, la cavidad pulpar se va atrofiando.
Los conductos radiculares se extienden desde la cámara pulpar hacia el ápice radicular, y normalmente tienen su diámetro mayor a nivel de la cámara para irse estrechando según se acerca al foramen apical.
Para realizar tratamientos endodónticos es imprescindible conocer la anatomía tanto de la cámara pulpar como de los conductos radiculares.
La pulpa dental puede inflamarse como consecuencia de diferentes factores, y en última instancia puede llegar a necrosarse o morir.
La endodoncia consiste en la apertura de una cavidad en el diente y la eliminación del nervio que ha sido afectado por la caries.
Es lo que vulgarmente se conoce como "matar el nervio".
Posteriormente, el conducto donde se encontraba este nervio se agranda unos milímetros con unas limas especiales, de grosores crecientes, y se elimina la materia orgánica del interior de la cámara pulpar.
Tras su desinfección, que es fundamental, se rellena el conducto con un material similar al plástico.
Todo este proceso es muy delicado y a veces muy complejo dependiendo de la naturaleza de cada diente.
Si se trata de un molar o un premolar, que tienen más de una raíz, este tratamiento debe hacerse en todas las raíces del mismo.
Una raíz puede incluso tener más de un conducto por lo que el tratamiento se hará en todos ellos.
Luego se tapa la cavidad y se reconstruye el diente bien con resina o con metal.
Este proceso salva al diente de tener que ser extraído.